Santiago Soto: El Cuatro, su gran afecto. (Ramón Alí Soto Parra)
Siempre hemos visto que se le rinde homenaje a los cantantes, compositores, y en algunos casos a los directores de conjuntos. Creo que es justo resaltar a los grandes instrumentistas que han pasado por la gaita y que muy poco se le ha reconocido su valor. Comenzamos esta sección con un prodigioso cuatrista nacido el 25 de marzo de 1957 en el caserío el Perú en San Francisco, su pueblo donde caminaba para reunir a Los Zagalines, el San Francisco que le ha brindado su calor, el aprecio de la gente, y hasta sus amores mas grandes están allí. Se siente orgulloso de ver cómo ha crecido de pueblo a ciudad.
Para Santiago Soto la Gaita es todo, su vida, su gloria, es su razón de ser, él dice que “el ser gaitero es un modo de vida”. El primer grupo gaitero que escuchó fue el conjunto San Francisco del Padre Vílchez, donde estaba Leo Su hermano y Exia Araujo Su cuñada, también a Rincón Morales cuando ensayaban con Altagracia Vílchez en la casa de su papá Jesús. Como maestro tuvo a Eugenio Guerra (El Zurdo) asesor musical de los Zagalines del Padre Vílchez, tuvo la gran suerte de vivir en la misma cuadra donde vivía el maestro Enrique Hidalgo, reconocido compositor de los temas de Gualberto Ibarreto como: Presagio, La Carta y otros tantos éxitos. Quien lo ayuda, le da orientaciones.
Luego de haber incursionado, de haber grabado con los Zagalines del Padre Vílchez glorioso conjunto infantil del cual es su fundador, en los primeros años de la década 70, decide ir a la academia de música José Luis Paz, donde estudia con el gran guitarrista Ciro Adarme el cifrado. Muchos son los cuatristas que admira como por ejemplo los maestros: Cheo Hurtado, Nerio Franco, Renato Aguirre, Douglas Isea y Humberto “Mamaota” Rodríguez quien le enseñó el genial golpe de Rincón Morales que captó perfectamente. Ningún cuatrista como él le da ese golpe sonoro y sabroso que identifica al Coloso de Cantares.
Para Santiago Soto la Gaita es todo, su vida, su gloria, es su razón de ser, él dice que “el ser gaitero es un modo de vida”. El primer grupo gaitero que escuchó fue el conjunto San Francisco del Padre Vílchez, donde estaba Leo Su hermano y Exia Araujo Su cuñada, también a Rincón Morales cuando ensayaban con Altagracia Vílchez en la casa de su papá Jesús. Como maestro tuvo a Eugenio Guerra (El Zurdo) asesor musical de los Zagalines del Padre Vílchez, tuvo la gran suerte de vivir en la misma cuadra donde vivía el maestro Enrique Hidalgo, reconocido compositor de los temas de Gualberto Ibarreto como: Presagio, La Carta y otros tantos éxitos. Quien lo ayuda, le da orientaciones.
Luego de haber incursionado, de haber grabado con los Zagalines del Padre Vílchez glorioso conjunto infantil del cual es su fundador, en los primeros años de la década 70, decide ir a la academia de música José Luis Paz, donde estudia con el gran guitarrista Ciro Adarme el cifrado. Muchos son los cuatristas que admira como por ejemplo los maestros: Cheo Hurtado, Nerio Franco, Renato Aguirre, Douglas Isea y Humberto “Mamaota” Rodríguez quien le enseñó el genial golpe de Rincón Morales que captó perfectamente. Ningún cuatrista como él le da ese golpe sonoro y sabroso que identifica al Coloso de Cantares.
Tanto, profundo es su afecto al cuatro, es como su amigo fiel. A través de sus cuerdas y su maderaen cada nota, en cada melodía, expresa sus sentimientos, cada vez que pulsa, que rasguea, siente que el alma se va por ella. Cada vez que escuchamos a Santiago tocando su cuatro nos damos cuenta que es mucho el amor que le tiene a la gaita, a Venezuela, a nuestra música! Ese amor que tiene por su gente, por sus amigos.
Vivo está el recuerdo de aquellos días en el Caserío el Perú, en la playa, recuerda una plaquita que decía Avenida Ruiz Pineda, la avenida 4, detrás del MOP, hoy el Setra. Allí donde nació, donde se crió, en el hogar de su materna tía Mena tuvo una infancia muy feliz. Fue monaguillo en la iglesia del Padre Vílchez, cuando estudiaba en la Escuela Municipal Gran Mariscal de Ayacucho, ahí estudioprimaria, luego entraría al liceo el Padre Vílchez donde se gradúa de Bachiller Docente. Más tarde ingresa a la universidad Monseñor Arias Blanco y egresa como licenciado en Educación.
Cuando vemos a Santiago José Soto León de una vez nos ubicamos en la Gaita. Nos ubicamos en primera fila viendo a Zagalines, a VHG, a Rincón Morales, Al verlo vemos a la gaita, él es una gaita andante. Un Sanfranciscano de corazón, orgulloso de su pueblo y de su cuatro, su compañero de caminos. Un extraordinario instrumentista.
Vivo está el recuerdo de aquellos días en el Caserío el Perú, en la playa, recuerda una plaquita que decía Avenida Ruiz Pineda, la avenida 4, detrás del MOP, hoy el Setra. Allí donde nació, donde se crió, en el hogar de su materna tía Mena tuvo una infancia muy feliz. Fue monaguillo en la iglesia del Padre Vílchez, cuando estudiaba en la Escuela Municipal Gran Mariscal de Ayacucho, ahí estudioprimaria, luego entraría al liceo el Padre Vílchez donde se gradúa de Bachiller Docente. Más tarde ingresa a la universidad Monseñor Arias Blanco y egresa como licenciado en Educación.
Cuando vemos a Santiago José Soto León de una vez nos ubicamos en la Gaita. Nos ubicamos en primera fila viendo a Zagalines, a VHG, a Rincón Morales, Al verlo vemos a la gaita, él es una gaita andante. Un Sanfranciscano de corazón, orgulloso de su pueblo y de su cuatro, su compañero de caminos. Un extraordinario instrumentista.
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